LA NUEVA "FIEBRE ASIÁTICA": LOS PORTAVIONES

En el área del Asia-Pacífico, cada potencia se mueve en función de los movimientos de los demás actores. Así, mientras China se hacía subrepticiamente con el portaviones de origen soviético Varyag en 1998 y lo transformaba de chatarra oxidada en un buque capaz de embarcar, hacer despegar y aterrizar aparatos de ala fija tripulados con la denominación de Liaoning, entregado a la Armada china en septiembre de 2012, el gobierno indio encargó en 2004 a los astilleros estatales rusos la transformación del también portaviones soviético Admiral Gorshkov en un portaviones plenamente operativo dotado de un ala aérea embarcada con aviones de combate navales Mig-29K. El nuevo Vikramaditya izó la bandera de la Armada india el 16 de noviembre de 2013 en los astilleros Sevmash de Severodvinsk en el norte de la Rusia europea y entrará en servicio en febrero de 2014 (detalles en http://sp.ria.ru/Defensa/20131116/158562633.html).
Portaviones chino Liaoning.
Portaviones indio Vikramaditya
Y el programa chino no parece quedarse ahí, puesto que ya trabajan en una primera generación de portaviones convencionales que daría paso en la próxima década a un programa de portaviones de propulsión nuclear (F.S. Gaddy: “Aircraft Carriers and Chinese Missiles: time to rethink the US Naval Doctrine”, Huffington Post, 21 de enero de 2011, en http://www.ewi.info/aircraft-carriers-and-chinese-missiles-time-rethink-us-naval-doctrine). Pero, la pregunta es tentadora: ¿qué ha hecho Japón? Pues el pasado 6 de agosto tuvo lugar la botadura en los astilleros IHI Marine de Yokohama del eufemísticamente denominado “destructor portahelicópteros” Izumo, el mayor buque de guerra construido en Japón desde el final de la Segunda Guerra Mundial, que debe entrar en servicio en marzo de 2015. Seguramente no por casualidad el nuevo portaviones japonés rememora el del buque de guerra que izaba la insignia del almirante de la flota japonesa que invadió China en 1930.
Portaviones japonés DDH-183 Izumo.
Por su parte, el gobierno australiano anunció su intención de dotarse de buque de asalto anfibio con capacidad para portar helicópteros y aviones de ala fija, de modo que el Primer Ministro Ron Howard firmó en Melborune el 9 de octubre de 2007 el contrato para la adquisición de dos LHD a los astilleros estatales españoles de Navantia: los LHD Canberra y Adelaide (información en http://www.revistanaval.com/archivo-2004-2011/2-2007-10-09-navantia-tenix-awd-lhd-Australia). La primera unidad se botó el 23 de septiembre de 2009 y llegó a Australia en octubre de 2012 para terminar añadir el puente, equipos y armamento, estando prevista la entrada en servicio en 2014.
Portaviones LHD 02 Canberra
Frente a los que propugnan la incontestable hegemonía económica y también militar de China (así, por ejemplo, M. Trigo Chacón: “China: su hegemonía económica y pronto también naval”, Revista General de Marina t.265, julio de 2013, pp. 67-83, en http://www.portalcultura.mde.es/documentos/Publicaciones/Revistas/_PasaPaginas_/REVISTA_GENERAL_MARINA/REVISTA_GENERAL_DE_MARINA_JULIO_2013/index.html#/68/), como decíamos recientemente “una sola mirada a los números (sin poder obviar la extraordinaria brecha tecnológica que separa a uno y a otros) impone una visión realista de las cosas: a pesar de las restricciones presupuestarias para contener el déficit público, la primera potencia aeronaval global mantiene diez grupos de combate de portaviones, con sus correspondientes escoltas de cruceros y destructores y submarinos de ataque, que embarcan diez alas aéreas que acumulan más de 1.000 aviones y 540 helicópteros (aparte las fuerzas aéreas del Cuerpo de Marines); pues bien, seis grupos de combate se encuentran asignados a la Flota del Pacífico. No es preciso que acudamos a los grandes teóricos de la supremacía del poder naval para entender que los Estados Unidos no tienen oponente presente ni en un futuro cercano que les pueda disputar su supremacía militar” (Auge de China y poderío global americano”, Columna de Opinión ANEPE, 25 de septiembre de 2013, en http://www.anepe.cl/2013/09/auge-de-china-y-poderio-global-americano/). Pero el poderío militar es un instrumento más de la gran política de contención que imponen los Estados Unidos en el Asia-Pacífico creando un auténtico cerco militar sobre China: de norte a sur, reafirman las antiguas alianzas militares con Corea del Sur, Japón y Taiwán, crean nuevos acuerdos de seguridad con Singapur, Tailandia, Filipinas, Indonesia y Australia, y hacia el océano Índico, consolidan relaciones estratégicas con la India y convierten a Afganistán en un nuevo protectorado militar americano. El norte es la zona de influencia rusa, su indiscutido “espacio cercano”, y Rusia siempre se concertará con los Estados Unidos para mantener sus fronteras actuales (no hemos hecho mención intencionadamente a los nuevos portahelicópteros de construcción francesa que recibirá la Flota rusa del Pacífico a partir de 2015, véase la entrada COMO HA CAMBIADO EL CUENTO, del mes de junio de 2013, http://ullderechointernacional.blogspot.com.es/2013_06_01_archive.html). En un nivel inferior, tanto Japón como la India juegan sus movimientos en función de los acuerdos de seguridad que mantienen con el bloque occidental: desde la llegada al poder del Primer Ministro Shinzo Abe constituye una prioridad la abrogación de las limitaciones constitucionales en materia de seguridad que van de la mano del reforzamiento de la alianza militar con los Estados Unidos; en el caso de la India, será quien terminará desafiando la eventual expansión china hacia el sur, y en esta oposición contará con el apoyo decidido del bloque occidental y de Rusia. Parece, por tanto, que el auge chino concierta a sus oponentes y posibilita la formación de una coalición preventiva organizada por los Estados Unidos decidida a mantener a China en una posición subordinada en el sistema internacional.

"Porque te mereces todas las estrellas del cielo..."

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