LAS POLÍTICAS QUE SIRVEN AL INTERÉS NACIONAL DE ALEMANIA

El Ministro de Finanzas Wolgang Schäuble anunció el 9 de septiembre del año pasado que el gobierno alemán no necesitaría emitir deuda en 2015 para financiar el presupuesto federal. Pues bien, el mismo Schäuble hizo público el 13 de enero que Alemania ha conseguido cerrar el ejercicio fiscal con equilibrio fiscal, lo que no sucedía desde el año 1969. Las previsiones del gobierno alemán eran alcanzar el equilibrio presupuestario en 2015, sin embargo la mejora de los ingresos fiscales y la reducción de los pagos de la deuda debido a la caída de los tipos de interés han permitido cerrar 2014 sin tener que emitir nuevas deudas, cuando las previsiones eran de un exiguo déficit de 6.500 millones de euros. Según los datos aportados por el Ministerio de Finanzas, la recaudación fiscal aportó 2.600 millones de euros adicionales, además las empresas eléctricas abonaron en diciembre un pago extraordinario de 2.500 millones que había impuesto el gobierno federal sobre el combustible nuclear, asunto que había sido recurrido ante los tribunales de justicia que fallaron en contra de las eléctricas. Por el lado del gasto quedó 1.000 millones de euros por debajo de lo presupuestado en 2014 con 295.000 millones de euros, y que ha sido el más bajo desde el año 2009. Otros datos macroeconómicos ponen de manifiesto la solidez económica del país: el crecimiento del PIB alcanzó en 2014 el 1,5%, las exportaciones crecieron un 3,7% y las inversiones empresariales en bienes de equipo y maquinaria también un 3,7%. Por su parte, el desempleo cayó a un 6,5%, que con 2,8 millones de desempleados se sitúa en la mejor tasa desde el final de la Segunda Guerra Mundial; en consecuencia el consumo doméstico aumentó el 1,1%. Por ello, el presidente de la Oficina Federal de Estadística, Roderich Egeler, puede afirmar que la economía alemana se encuentra "en plena forma". 
La fortaleza de la economía alemana en un entorno económico internacional complejo pone de manifiesto el éxito de las políticas de austeridad y de contención del gasto público basadas en los intereses nacionales que han aplicado los sucesivos gobiernos de la canciller Merkel desde antes del inicio de la crisis financiera. Pero también  la competencia de la economía europea y la solvencia del euro como moneda común de la Eurozona. Finalmente, demuestra la capacidad de los dirigentes alemanes en el manejo político de la crisis financiera, pues como hemos tenido ocasión de decir en otro lugar, Alemania ha aprovechado la crisis para reforzar la unión política europea –para ello véase nuestro ensayo “La gestión de la crisis financiera por el Directorio europeo”: la carrera hacia la unión política europea”, en Tensiones en Europa. Desafíos para la integración (Bravo Villalobos comp.). Programa de Estudios Europeos/RIL Editores. Santiago de Chile, 2913, pp. 23-40-.
Pues bien, lo que nos planteamos a nivel estratégico es ¿cuándo decidirá el Poder político alemán comenzar a ejercer como poder hegemónico regional más allá del ámbito exclusivamente económico o financiero?
Para ti, que iluminas mis sueños.

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