Y LA GUERRA LLEGÓ A SU FINAL

El 11 de diciembre de 2017 el Presidente Putin realizó una importante gira por Egipto y Turquía para firmar con ambos gobiernos contratos de suministro de armas, equipos militares e inversiones en infraestructuras tecnológicas. De forma no anunciada, como no podía ser de otra manera, en el vuelo de camino a Egipto, el avión presidencial Tu-214 hizo escala en la bases aérea de Hmeymim, en Siria, donde se entrevistó con el Presidente al Assad y pasó revista a las tropas rusas allí desplegadas, acompañado por el Ministro de Defensa Serguei Shoigú y el jefe del contingente militar ruso, general Serguei Surovikin. En la intervención pública en el campo del aeródromo militar el Presidente Putin expresó enfáticamente: “Ordeno al Ministro de Defensa, al jefe del Estado Mayor proceder a la retirada del grupo de las tropas rusas a las bases de su emplazamiento permanente”. De esta manera, anunciaba la retirada de la parte sustancial del despliegue militar ruso como consecuencia de la incontestable derrota sobre las organizaciones  terroristas implicadas en la guerra civil siria, principalmente el autodenominado Estado Islámico y el Frente al-Nusra, que habían sido expulsadas de todos sus centros de poder por el Ejército sirio con el apoyo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y otros asesores militares, según había anunciado el jefe del Estado Mayor General de Rusia, general Valeri Gerásimov, el 6 de diciembre de 2017. El Presidente Putin destacó que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia habían cumplido la tarea encomendada con éxito: “En poco más de dos años las Fuerzas Armadas de Rusia derrotaron el grupo más combativo de los terroristas internacionales, por lo tanto he decidido que la parte más significativa del contingente militar ruso desplegado en Siria regresara a casa, a Rusia”, destacando la alta capacidad combativa de las unidades militares implicadas que demostraron “las mejores cualidades del soldado ruso: coraje, heroísmo, coordinación, determinación, brillante competencia y profesionalismo”. Por eso, precisó que “regresan con victoria a sus hogares, a sus padres, esposas, hijos y amigos. La Patria les está esperando, amigos. ¡Vayan con Dios! Gracias por su servicio.” Sin embargo, declaró que se mantendrá la presencia militar permanente en las bases de Hmeymim y Tartus, lo que ha sido regulado jurídicamente mediante dos acuerdos internacionales con el gobierno sirio que han sido ratificados por el parlamento ruso antes de final de 2017. El Presidente Putin aclaró que “si los terroristas vuelven a levantar cabeza, asestaremos un golpe que todavía no han visto” –aquí podemos traer a colación la declaración del Presidente Putin de 9 de diciembre de 2015 sobre el eventual uso de armas nucleares contra los terroristas-. Para Moscú, la cooperación con Turquía e Irán es decisiva para reconducir el proceso político en Siria y lograr una solución pacífica y a largo plazo que implica como principio fundamental el mantenimiento de la integridad territorial del país. El Presidente Putin recordó algo que parecía poco probable a mediados de 2015: “Siria ha persistido como un Estado soberano e independiente”. Y esto a pesar de la actuación de la Coalición Internacional liderada por los Estados Unidos, que ha llevado a cabo desde 2014 una campaña errática, inconstante y a ratos hasta peligrosa de ataques aéreos en el interior de Siria, sin ningún tipo de autorización del gobierno sirio o del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ha implicado el derribo de aviones de combate de la fuerza aérea siria cuando estaban atacando objetivos terroristas o a entorpecer el vuelo de aviones de combate rusos que operaban al este del río Éufrates a finales de noviembre y principios de diciembre de 2017. Sin embargo, el general Gerásimov apuntó en su comparecencia del 6 de diciembre de 2017: “creo que es necesario destacar algunos momentos positivos de los contactos ruso-americanos para resolver la crisis siria”, destacando la operatividad del Memorándum de Entendimiento entre el Ministerio de Defensa ruso y el Departamento de Defensa americano de octubre de 2015 que ha permitido “la ausencia de incidentes graves gracias a las acciones activas de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y la aviación de la coalición internacional en el espacio aéreo sirio.” Ante el éxito obtenido en el combate a los terroristas yihadistas en Siria, el general Gerásimov ofreció la colaboración para completar la destrucción del Estado Islámico en el noroeste de Irak: “Estamos dispuestos a dialogar y a unirnos a nuestros socios americanos para solucionar este problema”. Pero, precisamente el día antes, la Administración Trump se apuntaba el éxito de la derrota del Estado Islámico, afirmación que sin duda causó sonrojo hasta en sus propias filas –no así en algunos dirigentes europeos, que parecen no tener freno en sus declaraciones públicas-. Por ello, el general Gerásimov decía: “con el trasfondo de los logros de las fuerzas gubernamentales en la liberación de su territorio estatal y considerando la postura de los Estados Unidos respecto al apego a la integridad territorial y a la independencia de Siria, es incomprensible que los americanos aspiren a echar raíces en el país árabe” –se refería en concreto a presencia militar americana de Al Tanaf que obstaculizaba tomar el control de la frontera con Jordania e Irak a las fuerzas gubernamentales sirias-. Como ocurrió en el caso de los trasvases petroleros ilegales en la frontera sirio-turca a finales de 2015, cuando se le acabó la paciencia el mando militar ruso aportó información gráfica más  que suficiente de dicha presencia y de los distintos movimientos de los grupos de terroristas en torno a la base militar americana al interior de Siria. Inmediatamente después de las palabras del Presidente Putin en la base aérea de Hmeymim, el general Surovikin declaró: "Procedo a cumplir la misión asignada del repliegue de las tropas, a saber, veinticinco medios aéreos incluyendo veintitrés aviones de diversos tipos, dos helicópteros Ka-52, un destacamento de la policía militar, otro de operaciones especiales, un hospital de campaña militar y la unidad del Centro de Desminado." De este modo, el mismo día 11 de diciembre de 2017 las unidades aéreas rusas comenzaron a llegar a sus bases permanentes en territorio nacional (Khabarovsk, Ashuluk-Astrakhan, Murmansk, Irkutsk, Ivanovo, Saratov…), a las que siguieron por vía aérea en los días siguientes personal de las unidades terrestres de desminado, policía militar y servicios sanitarios. De nuevo la Administración Trump puso en tela de juicio la retirada de las fuerzas rusas, con lo que persistía la rivalidad dialéctica entre ambos gobiernos sobre la implicación en la guerra en Siria y el éxito -¡ahora sí!- en la derrota del Estado Islámico. Pero, ¿no se supone que el enemigo de todos es el terrorismo yihadista? Parece que siempre habrá terroristas “malos” y terroristas “buenos”, que son aquellos que sirven a los intereses del que les apoya, les arma o les financia, asunto del que se queja amargamente Turquía a sus aliados occidentales como hemos recordado en una de las entradas más recientes del blog: TURQUÍA Y LAS RELACIONES CON EL BLOQUE OCCIDENTAL. Mientras tanto, Rusia ha sido capaz de imponer sus tesis en la guerra civil siria, ha acercado a Turquía y a Irán y ha generado un nuevo escenario político-estratégico en Oriente Medio mucho más favorable a sus intereses.

COHETES Y MÁS COHETES


Las grandes potencias siguen avanzando en una nueva carrera espacial y, como hemos comentado en varias ocasiones anteriormente, se puede hablar abiertamente de una creciente militarización del espacio, donde unas y otras tratan de instalar sistemas avanzados de detección, vigilancia y comunicaciones. Así, el día 2 de diciembre de 2017 las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia (VKS) llevaron a cabo el lanzamiento de un cohete portador Soyuz-2.1b desde el cosmódromo de Plesetsk, en el norte de la Rusia europea, que fue el encargado de poner en órbita un satélite de reconocimiento electrónico Lotos-S1, que forma parte del sistema Liana junto con los dos satélites del mismo tipo lanzados en noviembre de 2009 (Cosmos-2455) y en diciembre de 2014 (Cosmos-2502). El nuevo satélite ha adoptado la denominación militar rusa de Cosmos-2524. Hay que destacar que, de nuevo, este año se ha producido un salto en la denominación de los satélites militares rusos, de modo que es probable que el Cosmos-2523 sea un satélite asociado a la misión del satélite inspector Cosmos-2519 que se lanzó el 23 de junio de 2017, como así reconoció el Ministro de Defensa Sergey Shoigú en un anuncio oficial el 23 de agosto de 2017 –de este asunto nos ocupamos en la entrada titulada DEMASIADOS PÁJAROS EN EL CIELO VERSIÓN 2017: COHETES ESTRATÉGICOS, SATÉLITES Y ARMAS ESPACIALES de septiembre de 2017. Posteriormente, el día 26 de diciembre de 2017, las Fuerzas Coheteriles Estratégicas (RVSN) efectuaron el lanzamiento del sexto cohete estratégico del año, en concreto se trató de un Topol que se disparó desde el polígono de pruebas de Kapustin Yar, en Astrakán (sur de Rusia), hasta el polígono homónimo de Sary-Shagan en Kazakhistán. Según información oficial la prueba sirvió para “recoger datos experimentales que se usarán para el desarrollo de contramedidas de defensa antimisiles avanzadas”. Se trata del segundo lanzamiento de las mismas características efectuado en 2017, ya que el anterior tuvo lugar el 26 de septiembre. Como destaca Pavel Podvig en la entrada más reciente de su blog, de nuevo los lanzamientos realizados en el ejercicio por las RVSN se quedan muy por debajo de los programados inicialmente: seis en lugar de los diez que anunció el general Karakayev en diciembre de 2016. De este modo, hay que tomar con reservas el anuncio hecho por el mismo comandante en Krasnaya Zvezda el 14 de diciembre de 2017 de doce pruebas dinámicas de cohetes estratégicos en 2018. Fuentes independientes informaron que el día 27 de diciembre de 2017 tuvo lugar en el cosmódromo de Plesetsk la primera prueba del cohete Sarmat, actualmente en desarrollo para las RVSN y que está destinado a sustituir al R-36M2 Voevoda en las divisiones de cohetes estratégicos de Dombarovsky y Uzhur. Se trató de una prueba de eyección, no de un lanzamiento completo destinada a validar la motorización de la primera etapa del cohete. Este nuevo cohete pesado tendrá capacidad para cargar diez ojivas nucleares pesadas o hasta quince del rango de entre 150 kilotones y un megatón a una distancia máxima operativa de 16.000 kilómetros. Sin embargo, esto no es óbice para que el Bloque occidental y Rusia sigan cooperando intensamente en materia espacial, al mismo tiempo que se mantiene el régimen de sanciones económicas, financieras y comerciales a instituciones, empresas y ciudadanos rusos impuesto en julio y agosto de 2014. En el marco de esa cooperación persistente, el 19 de diciembre de 2017 la nave Soyuz MS-07, que había sido lanzada desde el cosmódromo ruso de Baikonur en un cohete propulsor Soyuz FG dos días antes, se acopló en modo automático a la Estación Espacial Internacional con tres cosmonautas a bordo: un ruso, un americano y un japonés, que permanecerán cuatro meses en la estación para realizar unos doscientos cincuenta estudios científicos sobre biología, fisiología, ciencias físicas y desarrollo tecnológico. Precisamente, los Estados Unidos y Rusia han firmado un acuerdo para la construcción de una nueva estación espacial internacional… que orbitará alrededor de la Luna, y que han denominado programa Deep Space Gate. La finalidad es utilizarla como lanzadera a las misiones a Marte a partir de 2030. Ya se ha anunciado que las otras agencias espaciales occidentales, como la Agencia Espacial Europa y las entidades homónimas de Canadá y Japón, se incorporarán más adelante al proyecto. Hay que recordar que China, y también la India, tienen programas espaciales en marcha cuyo objetivo es la conquista de Marte. Y no debemos olvidar la iniciativa privada del empresario Elon Musk -el Howard Houghes del siglo XXI- con el lanzamiento del enorme cohete Falcon Heavy de SpaceX que está programado para enero de 2018. Son los nuevos tiempos de la globalización, también en el espacio.

«TURQUIA Y LAS RELACIONES CON EL BLOQUE OCCIDENTAL»

Este es el título del artículo más reciente que he publicado en el sitio web de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE) del Ministerio de Defensa Nacional de Chile, en concreto en la sección “Columna de Opinión”, el 17 de noviembre de 2017.
 
El ensayo examina el estado más reciente de las relaciones de Turquía con sus aliados occidentales y las crecientes desavenencias con los Estados Unidos, la Unión Europea y Alemania, que han llevado en el caso alemán a la retirada definitiva de las tropas desplegadas en territorio turco y a su redespliegue en Jordania. De las declaraciones del Presidente Erdogan y de otros responsables políticos turcos se deduce el hartazgo hacia los gobiernos occidentales por las continuas desavenencias acentuadas después del frustrado golpe militar del año pasado, lo que ha hecho que se aproximen de forma creciente a Rusia y a China, como potencias equilibradoras de un inexistente régimen de seguridad en Oriente Medio profundamente desestabilizado por la fragilidad estatal desde las denominadas “primaveras árabes”. Estas potencias parecen aportar soluciones donde el Bloque Occidental no es capaz de superar el reto impuesto por organizaciones terroristas yihadistas que no dudaron –y consiguieron, al menos temporalmente- en proclamarse en entes territoriales estatales y ejercer funciones propias como el monopolio de la fuerza en el territorio, la administración de justicia basada en la ley islámica, la recaudación de impuestos y el control de la población sometida bajo su poder. Y no hablamos exclusivamente del autoproclamado “Estado Islámico” en Siria e Irak, sino también de algunas franquicias de Al-Qaeda como el Frente Al-Nusra o Al-Qaeda en la Península Arábiga o las mismas organizaciones nacionalistas kurdas –como denuncia insistentemente el gobierno turco- por mencionar los grupos que continúan actualmente ejerciendo la violencia en sus respectivos territorios.

Texto completo del ensayo (*): 
 
"El pasado 27 de septiembre de 2017 el Ministro turco para Asuntos Europeos, Omer Çelik, impartió una conferencia en Madrid que, sin lugar a dudas, fue existosa, sobre las bondades, ventajas y conveniencias de una unión estrecha entre Turquía y la Unión Europea (UE), relación cuya etapa final debía ser la integración turca en el sistema comunitario como miembro de pleno derecho. La conferencia tenía por título “El futuro: Europa y las relaciones Turquía-Unión Europea”. En su intervención el Ministro Çelik alabó el éxito de la UE como organización supranacional europea destinada a hacer posible una paz permanente en el continente, pero también dejó claro que la plenitud europea no se podía conseguir sin la integración de Turquía, país europeo, democrático y comprometido con la paz y la seguridad común, lo que sin duda ha cumplido hasta ahora en el marco de la Alianza Atlántica. También se ocupó de señalar los aplazamientos, las dudas y las desavenencias que se han producido a lo largo de las dos últimas décadas en el proceso de negociación de cara a la integración turca en la UE, sin duda la más grave es la actual situación de tensiones y distanciamiento mutuo con Alemania que llevó a la retirada de las fuerzas militares alemanas que estaban en aquel país desde 2003 para garantizar su defensa, primero frente al Irak de Saddam Hussein y, posteriormente, ante el envilecimiento de la guerra civil en Siria. En este punto, el Ministro Çelik recordó que Turquía es “frontera exterior” de la UE y que ahora mismo tiene en su territorio tres millones de refugiados sirios que desean llegar a Alemania, y a los que no se presta la asistencia debida por el incumplimiento por parte de la UE del Acuerdo bilateral sobre refugiados de marzo de 2016. Finalmente, exigió que se avanzara en los capítulos veinticuatro y veinticinco de la negociación para la adhesión definitiva de Turquía a la UE. No se puede criticar al Ministro Çelik por la defensa de esta posición, porque realmente es difícil sacarla adelante, si no imposible, y mucho más después de la reacción europea al frustrado golpe militar de julio de 2016 que casi le costó la vida al Presidente Erdogan. Los dirigentes políticos nacionales europeos y las principales instituciones de la Unión –la Comisión, el Parlamento, el Consejo- no reaccionaron como esperaba el gobierno turco –de hecho, no reaccionaron de ninguna manera- ante el intento de derribo del poder constituido por parte de los militares golpistas, pero posteriormente sí mostraron el rechazo a las purgas masivas que ha habido en las Fuerzas Armadas, la policía, la judicatura, la universidad y los medios de comunicación. Es evidente que la deriva presidencialista del sistema constitucional turco, en este sentido cada vez más próximo al ruso, inquietaba desde antes del golpe militar a los democráticos dirigentes europeos. Pero la celebración de las elecciones parlamentarias en Alemania a principios de octubre despejó las dudas del liderazgo turco sobre cómo Europa ve a la actual Turquía: además de islamista, cada vez más autoritaria y menos democrática, por tanto, alejada de los valores europeos. Pero con Turquía pasa lo mismo que con Rusia: las relaciones son complejas porque ambas encierran en sí mismas un modelo de sociedad, en ambas las élites están imbuidas de un sentido de superioridad cultural que les da la historia, su pasado de grandes potencias imperiales dominadoras de vastos territorios sometidos a su autoridad; por tanto, se dirigen a Europa y negocian como iguales, no se consideran ni una Polonia, ni una Rumania, ni mucho menos una Eslovenia o un Kosovo. Pero estos sentimientos interesan bien poco a los dirigentes comunitarios que permanentemente esgrimen la superioridad cultural del modelo occidental imbuidos de una concepción holística de los derechos fundamentales y las libertades públicas que, sin embargo, solo es propia de las naciones avanzadas europeas. Esto en sí mismo no es malo, pero cuando se negocia con grandes potencias es evidente que hay que aplicar otros parámetros de relación, que son los basados en las políticas de poder. Y en esto, sabemos que los dirigentes europeos no padecen de autismo político: el ejemplo son las relaciones con la China popular comunista –y aclaro “comunista” porque allí gobierna el Partico Comunista chino-, donde la cláusula democrática basada en el respeto de los derechos civiles cede ante los gigantescos intereses comerciales que ha otorgado la globalización como una bendición para todos, como un maná que asegura el crecimiento económico a unos y a otros. Pues bien, en medio de una renovada campaña en el extranjero para mejorar la imagen de Turquía y manifestar su compromiso con el proyecto comunitario, el Presidente Erdogan ya se hartó de la falta de lealtad de los socios europeos y occidentales. El día 2 de octubre de 2017, en una dura intervención en el parlamento turco, acusó a la UE de haberles “fallado en la lucha contra el terrorismo”, sencillamente porque ve como en Europa se da refugio a miembros de organizaciones terroristas kurdas y a golpistas gulenistas, al igual que en los Estados Unidos, donde está refugiado su líder, Fethullah Gulen. A pesar de que públicamente se mantienen abiertas las negociaciones y de que la posición turca es la de avanzar definitivamente hacia la integración plena, el Presidente Erdogan dijo que “para ser sincero, ya no necesitamos ser miembros de la Unión Europea”. El siguiente paso es que tampoco les interese ser miembro de la Alianza Atlántica, y esto no parece estar muy lejano, precisamente por el mismo motivo. Mientras Ankara intenta acabar con las organizaciones separatistas kurdas que aspiran a obtener una parte del territorio turco para su futuro Estado –además de partes del norte de Siria, de Irak, con la celebración de un referéndum de independencia reciente incluido, e incluso ciertas zonas de Irán-, éstos obtienen el apoyo militar de los Estados Unidos y de otros miembros del Bloque Occidental en Siria –asunto que Rusia no para de poner de manifiesto por boca del portavoz del Ministerio de Defensa para Siria, el general Konashénkov-. Parece entonces que el único socio fiable que le queda a Turquía es Rusia con quien, precisamente, y con Irán, están tratando de resolver de una vez el postconflicto civil sirio –con más claridad de miras que los gobiernos de la denominada Coalición occidental-. Y también a Rusia es a quien se ha dirigido para adquirir el nuevo sistema de defensa aérea S-400 de Almaz-Antey por 2.500 millones de dólares, según confirmó el propio Presidente Erdogan el 25 de julio de 2017. En este caso, la respuesta del portavoz del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, capitán Jeff Davis, fue que “Turquía tendrá que dar explicaciones por la elección de los sistemas rusos”. Pero como se encargó de responder el Presidente Erdogan el mismo día del anuncio de la firma del contrato: “cada país debe tomar las medidas para garantizar su seguridad. ¿Qué lado puede asegurar estas medidas?, allí nos dirigiremos. Cuántas veces hemos hablado con los Estados Unidos, pero no funcionó, por tanto, nos guste o no comenzamos a hacer planes con las S-400.” Este hartazgo del Presidente Erdogan se extiende a todas las instituciones occidentales. Así, el 13 de octubre de 2017, en medio del enfrentamiento diplomático con los Estados Unidos por la suspensión de la emisión de visados, se quejaba amargamente de la hipocresía de los países que dicen ser socios de Ankara: “en las reuniones cara a cara hacen promesas y dan garantías, y a nuestras espaldas montan juegos  sucios, que han adquirido una envergadura que ya no pueden ocultar”, y acusó directamente a los Estados Unidos de mentir al mundo entero. Lo que ocurre es que las relaciones entre ambos países están ensombrecidas por la negativa de Washington a extraditar al clérigo Fethullah Gulen, acusado de organizar el golpe militar del año pasado. El Presidente Erdogan enfatizó en la comparecencia pública del 13 de octubre que “somos la República de Turquía y tienen que aceptarlo. Si no lo hacen, entonces lo siento, pero no los necesitamos”. Llegados a este punto, se plantean las cuestiones: ¿son conscientes los dirigentes europeos del protagonismo de Turquía en la región? ¿Están teniendo en cuenta el papel que Turquía ha desempeñado en el flanco sur de la OTAN? ¿Prefieren una Turquía aliada a Rusia o, peor, echada en manos de China, que está adquiriendo una influencia creciente en Oriente Medio?"

(*) Las opiniones que se recogen en este artículo son responsabilidad exclusiva de su autor.

Referencia bibliográfica completa: Pérez Gil, L.: “Turquía y las relaciones con el Bloque occidental”, Columna de Opinión ANEPE, 17 de noviembre de 2017, disponible aquí.

PRIMER A330MRTT FRANCÉS EN VUELO


Foto: web de Airbus Defence

En la entrada titulada LA RENOVACION DE LAS CAPACIDADES DE PROYECCIÓN ESTRATÉGICA DEL ARMÉE DE L´AIR de julio de 2013 comentamos la decisión del gobierno francés de acudir a la industria aeronáutica con la finalidad de adquirir un número importante de aviones de repostaje en vuelo destinados a sustituir a la flota de catorce C-135FR y KC-135R de origen americano en servicio que estaban llegando a límite de su vida operativa. Hay que tener en cuenta que la flota de aviones de repostaje es un componente esencial de la Fuerza de Disuasión Nuclear de Francia, puesto que es el encargado de las tareas de trasvase de combustible en vuelo a la fuerza aérea de ataque nuclear, denominadas Fuerzas Nucleares Estratégicas (FAS), formada por dos escuadrones de cazabombarderos Mirage-2000N (escuadrón 2/4 La Fayette, base aérea 125 Istres-Le Tubé) y Rafale F3 (escuadrón 1/4 Gascogne, base aérea 113 Saint Dizier) con capacidad para lanzar misiles de crucero con carga nuclear ASMP-A. Por tanto, la actualización de la flota de aviones de repostaje era –y sigue siendo- una necesidad perentoria para la defensa nacional. Sin embargo, el proceso de renovación se ha alargado excesivamente debido a las restricciones presupuestarias impuestas por los sucesivos gobiernos del Presidente Hollande en medio de la crisis económica y financiera global para poder cumplir con los requisitos de déficit público establecidos en los Tratados fundacionales de la Unión Europea. Aunque por esas fechas los responsables políticos y militares de la defensa consideraban un número entre doce y catorce aviones A330MRTT, como se puso de manifiesto durante la visita del Ministro de Defensa J.-Y. Le Drian a la factoría de EADS –ahora Airbus Defence and Space- en Getafe (Madrid, España) en octubre de 2012. Estas aspiraciones se vieron satisfechas el 20 de noviembre de 2014 cuando se anunció la autorización del gobierno francés para proceder a la compra de doce aviones A330-200 por un importe de 3.000 millones de euros, que serían configurados a la variante Multi Role Tanker Transport (MRTT) en Getafe.
Conforme a los plazos establecidos en el contrato firmado entre la DGA y Airbus, el 7 de septiembre de 2017 realizó su primer vuelo el que será también el primer avión de transporte y repostaje en vuelo Airbus A300 MRTT Phénix del Armée de l´Air. Se trata de un avión comercial construido en la fábrica de Airbus de Toulouse (Francia) y que, posteriormente, ha sido modificado al estándar MRTT en la planta de Getafe, donde se le han instalado los sistemas correspondientes a una pértiga central de reabastecimiento ARBS en el fuselaje posterior y dos tanques de reabastecimiento Cobham 905E bajo las alas, con una capacidad para poder transferir en vuelo hasta 111 toneladas de combustible. Además, la variante francesa dispone de capacidad para transportar 272 pasajeros y puede ser modificada rápidamente para evacuación sanitaria. Según informó Airbus DS el vuelo inaugural tuvo una duración de tres horas y veinticinco minutos durante el que se analizaron todos los parámetros programados. Este avión corresponde al segundo estándar de configuración de vuelo que incorpora modificaciones estructurales y mejoras aerodinámicas que conllevan una reducción del consumo de combustible de un uno por ciento, nuevos ordenadores para la aviónica y sistemas militares mejorados. Una vez que concluyan los ensayos de vuelo y el avión sea pintado y reciba los colores nacionales será entregado en 2018 al Grupo de Reabastecimiento en Vuelo 02.091 “Bretagne” en la base aérea 125 de Istres que agrupa la flota de aviones de transporte estratégico francesa; se entregará otro avión en 2019 y posteriormente de uno a dos aviones anuales hasta completar el programa.
No obstante, a principios de noviembre de 2017 se anunció la intención del Ministerio de Defensa francés de adquirir seis aviones más con los que renovar completamente la flota de aeronaves de repostaje y transporte militar estratégico actualmente en servicio. Según informó el Jefe del Estado Mayor del Armée de l´Air, general André Lanata, ante la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional: “un aumento en el objetivo de adquisición de aparatos MRTT para el reabastecimiento de combustible y el transporte estratégico multipropósito será indispensable para cubrir todas las necesidades de la fuerza aérea de ataque nuclear, la aviación de combate y el transporte estratégico. Me parece necesaria una revisión del objetivo final del MRTT hasta las dieciocho aeronaves teniendo en cuenta los compromisos señalados”. En esta comparecencia el general Lanata destacó la necesidad de acelerar las fechas de entrega de los aviones ya contratados –nueve en firme hasta ahora- debido al elevado coste de mantenimiento de los viejos C-135FR y KC-135R que se mantienen en servicio.
Hay que tener en cuenta que actualmente ya operan en el mundo veintiocho aviones A330 MRTT en cuatro fuerzas aéreas –Gran Bretaña, Arabia Saudí, Australia y Emiratos Árabes- para una cartera de pedidos de cincuenta y un aviones para ocho países. Se trata, sin duda, del mejor avión existente en el mercado para llevar a cabo las tareas encomendadas como se puso de manifiesto cuando ganó el concurso para el nuevo “tanquero” de la USAF y que, posteriormente, la Administración Obama desechó a favor del menos capaz Boeing KC-46 por motivaciones de política interna -las características del A330 MRTT se encuentran en el sitio web de Airbus-.
Por eso, el Ejército del Aire ansia la compra de este magnífico avión, ya que, tras la baja de los B-707 del 45 Grupo, se necesita de forma más imperiosa si cabe disponer de nuevos aparatos de transporte estratégico que puedan asumir también el role de repostaje a otros aviones de transporte o de combate en los despliegues transoceánicos, o más allá de las fronteras europeas, como ya también apuntamos en la entrada titulada MORENÉS TAMBIÉN SUSPIRA POR EL A330MRTT, reseñando varias intervenciones del anterior Ministro de Defensa y los planes de adquisición prioritarios del Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire que tampoco terminan de concretarse por consideraciones financieras.
Hay que tener presente que tras la salida del Reino Unido, Francia será el único país de la Unión Europea con armas nucleares y es también el único que ostente un asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Por ello, el documento Revue Stratégique de défense et de sécurité nationale aprobado por el Presidente Macron el 13 de octubre de 2017  insiste en la necesidad de reforzar la libertad de acción lo que implica la renovación de todos los componentes de la disuasión nuclear. de este modo, aunque se están produciendo iniciativas europeas que tratan de unificar las capacidades de dos o más países en transporte estratégico o de repostaje en vuelo en el marco de las denominadas "cooperaciones reforzadas de defensa" -como, por ejemplo, el Mando Europeo de Transporte o el Programa internacional MMF liderado por Holanda al que se ha sumado recientemente Alemania para la compra y explotación de una flota común de aviones A330MRTT-, Francia continua dando los pasos necesarios para renovar su flota de aviones de repostaje en vuelo asegurándose el mantenimiento de la autonomía nacional en esta materia. Esto es así porque, a diferencia del resto de socios europeos, Francia posee una fuerza aérea de ataque nuclear como componente de la Force de Frappe que le concede la capacidad de ocasionar daños de proporciones catastróficas a cualquier potencial adversario, ya que las armas nucleares son la garantía última de su seguridad, y no está dispuesta a renunciar a ella, por mucho Plan de Acción de Defensa Europea o Declaración de Varsovia de cooperación OTAN-Unión Europea que pueda acordar con el resto de los socios o aliados.

LA PRIMERA CENTRAL NUCLEAR CIVIL FLOTANTE

A principios de octubre de 2017 las autoridades regionales de la remota ciudad ártica de Pevek, situada en la península de Chukotka en el Extremo Oriente ruso cerca del estrecho de Bering, junto con los representantes de la corporación estatal Rosatom, inauguraron oficialmente los trabajos de construcción de la infraestructura portuaria que acogerá la primera central nuclear civil flotante de la historia. Al mismo tiempo, se inició la construcción de la necesaria infraestructura terrestre que requerirá, entre otras obras el tendido de doscientos treinta y cinco kilómetros de líneas de alta tensión que permitirá conectarse con la central nuclear de Bilibino, que, de este modo, podrá ser gradualmente retirada de servicio a partir de 2019. Además, las autoridades regionales han planteado la necesidad de construir un nuevo aeropuerto que pueda dar servicio al personal y equipos que requerirán las nuevas infraestructuras, lo que plantearon como una demanda básica al Primer Ministro Medvedev en una reunión celebrada en Murmansk en el mes de abril de 2017 a la que asistieron todos los gobernadores de las regiones del norte de Rusia.

Para acometer estos trabajos, en septiembre pasado tres barcos de transporte descargaron seis mil toneladas de materiales de construcción en Pevek, lo que permitirá que puedan continuar en el período invernal, ya que el año pasado otros tres barcos que transportaron materiales quedaron bloqueados en puerto durante todo el invierno.
La nueva central nuclear flotante  “Académico Lomonosov” , que se construye actualmente en los Astilleros del Báltico en San Petersburgo, es un proyecto prioritario del gobierno ruso destinado a potenciar el desarrollo de las regiones del Extremo Oriente ártico y debe servir para impulsar nuevos proyectos industriales como la mina de cobre de Peschanka, que tendrá una producción estimada de un millón doscientas mil toneladas anuales en 2020. La central nuclear está equipada con dos reactores atómicos KLT-40 con capacidad para producir setenta megavatios de energía eléctrica, lo que es suficiente para suministrar a una ciudad de 200.000 habitantes –Pevek tiene en la actualidad una población de 4.500 personas-. El proceso de construcción y puesta en marcha de la nueva central nuclear flotante no ha estado exento de polémica tanto dentro como fuera de Rusia. Así, debido a las presiones de los gobiernos de los Estados bálticos y de Noruega, Rosatom anunció en julio de 2017 que en cuanto se termine su construcción, la central nuclear “Académico Lomonosov” será remolcada desde el mar Báltico hasta la ciudad de Murmansk, en la península de Kola, para proceder a la carga del combustible nuclear, lo que debe tener lugar durante la primera mitad de 2018. Esto supone que no se pondrán a prueba los reactores atómicos antes de ser remolcada al norte respondiendo a las protestas de grupos medioambientales y de los gobiernos de la región. Hay que tener en cuenta que en Múrmansk se encuentra el puerto base de la flota de rompehielos nucleares de la Atomflot y, por tanto, cuenta con la infraestructura necesaria para cargar y recargar el combustible nuclear para los reactores atómicos marítimos, incluidos los KLT-40 que son una versión modificada de los que equipan a los rompehielos nucleares civiles.
Posteriormente, la central “Académico Lomonosov” navegará a lo largo de la ruta del norte hasta Pevek en el Extremo Oriente ártico, a donde deberá llegar en septiembre de 2019 y la producción de energía eléctrica se iniciará a finales de ese mismo año. Según se ha informado en diferentes medios, Rosatom tiene planes para construir más centrales nucleares de este tipo, que se destinarán tanto a prestar servicio en las regiones polares de Rusia como se podrán alquilar a otros países con necesidades similares.

“GLOBAL THUNDER”, ENTRENANDO EL PODERÍO DE ATAQUE GLOBAL

El Mando Estratégico de los Estados Unidos (STRATCOM) anunció que el lunes 30 de octubre de 2017 el inicio del ejercicio anual de las fuerzas nucleares estratégicas denominado “Global Thunder”, lo que venía a ser la respuesta al ejercicio  de guerra nuclear global llevado a cabo por las Fuerzas de Disuasión Nuclear de Rusia cuatro día antes, y del que nos ocupamos en la entrada del blog EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL. El planeamiento y desarrollo de “Global Thunder” responde a la necesidad de adiestrar a los diferentes componentes de la defensa estratégica de los Estados Unidos y a evaluar la preparación operativa conjunta de todas las fuerzas del Mando Estratégico con capacidad de combate nuclear, en particular los sistemas de vigilancia y reconocimiento, incluidas las fuerzas espaciales,  los sistemas de mando y control estratégico, las fuerzas de ataque global, la defensa antimisiles y las capacidades del mando de ciberdefensa en caso de enfrentamiento nuclear total. Durante el ejercicio se simularon distintas amenazas estratégicas que involucraron todas las capacidades del Mando Estratégico: las Fuerzas Espaciales y las fuerzas de bombarderos de la 8ª Fuerza Aérea y de misiles de la 20ª Fuerza Aérea, que conforman ambas el Mando de Ataque Global creado en agosto de 2009. Como precisó el comandante del STRATCOM, general John Hyten: “necesitamos integrar nuestras capacidades estratégicas para lograr efectos de multidominio contra cualquier adversario, en cualquier parte del mundo en cualquier momento”. Precisamente, el fin de semana anterior un bombardero con capacidad nuclear B-2 de la 509ª Ala de Bombardeo con base en Whiteman, Missouri, llevó a cabo un vuelo de largo alcance sobre el océano Pacífico con la finalidad de reiterar el compromiso de los Estados Unidos con sus aliados de la región, en particular con Japón y Corea del Sur, frente a las amenazas del autodestructivo régimen norcoreano de Kim Jon-un. Según un comunicado del STRATCOM de 30 de octubre de 2017 las misiones de este tipo “convalidan nuestra capacidad permanente de ataque global y son una demostración visible del compromiso con nuestros aliados y mejoran la seguridad en la región.” El inicio del ejercicio se comunicó previamente al gobierno ruso en cumplimiento de las cláusulas de información previstas en el Tratado START de 10 de abril de 2010 según comunicó el portavoz del STRATCOM Brian Maguire: “de acuerdo con las disposiciones del Tratado START III, los Estados Unidos y Rusia están obligados a notificarse mutuamente sobre los principales ejercicios nucleares, por lo que Rusia fue informada sobre estas maniobras de antemano.” Estos ensayos globales de las dos superpotencias son indispensables en dos sentidos: por un lado, para verificar las capacidades defensivas de forma rápida, real, efectiva y consistente; y, por otro lado, para que ambas queden suficientemente convencidas de la necesidad y urgencia del equilibro sistémico mantenido y constante. Esa es la base y el fundamento de la paz, es el régimen verdadero, implícito y parcialmente explícito con el que hemos vivido desde 1945 y con el que el sistema puede mantenerse. Sin embargo, China no fue alertada previamente ya que no existe ningún acuerdo bilateral que imponga dicha obligación. Ahora bien, el Presidente Xi Jinping afirma que su país será la única superpotencia en 2050. Será o no verdad o será o no posible, pero el sistema internacional cuenta ya con tres estructuras de poder, y China ha de integrarse, de grado, en el sistema multiequilibrio. Porque, es precisamente la tercera superpotencia en juego, a la que se debe convencer –o quizás sea ¿presionar?- definitivamente para que produzca un cambio de régimen en Corea del Norte que lleve la paz y la seguridad a esa región del mundo. En esta línea es donde se inscribe la gira del Presidente Trump a Asia a principios de noviembre que le llevará a Tokio (5 de noviembre), Seúl (6 de noviembre) y Beijing (8 de noviembre) para, posteriormente, participar en las cumbres de ASEAN en Vietnam y Filipinas (10 y 12 de noviembre respectivamente). Pero hay que tener en cuenta que Corea del Norte no es el enemigo a batir, no es una alteración profunda del sistema, es una variable que demuestra que los regímenes implícitos se mantienen mientras cuenten con vías de escape de la tensión manteniendo inalterado el núcleo. Es deseable que no surjan, pero el régimen está pensado para soportarlo y solucionarlo. Por eso, diplomáticamente, es la vía para solucionar el conflicto coreano: no el uso de la fuerza como se está enfatizando recientemente -de hecho, el sistema lo soporta y puede obviar sus potenciales consecuencias dramáticas- sino la utilización de la diplomacia, para lo que es indispensable el concurso del tercer actor: China. En consecuencia, la variable Corea del Norte es un asunto negociable con la intervención decidida de China, aplicando circunstancialmente el paradigma de la interdependencia, con lo que se consigue la incorporación plena del tercer gran factor del sistema y la eliminación de una variable que, aunque siempre es soportable, mejor sería despejarla por medios pacíficos que afiancen el sistema, incorporen plenamente al tercer factor y hagan comprobable la existencia real del régimen que mantienen al sistema global


"Thunderstruck", de AC/DC para amenizar la entrada. 

EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL


El Ministerio de Defensa ruso anunció el 16 de octubre de 2017 que procedería a establecer determinadas limitaciones a la navegación marítima y aérea en los mares de Barents, Kara y Okhotsk desde el 17 hasta el 30 de octubre. Dos días después la Administración Portuaria del Noroeste de Rusia emitió una alerta por “lanzamiento de misiles” que publicó en el portal de la misma agencia.
Resultaba evidente que estas restricciones a la navegación comercial estaban relacionadas con el desarrollo de algún tipo de ejercicio a gran escala y que, por las fechas de las que se trataba, tenía que ser, sin lugar a dudas, el ejercicio de guerra nuclear global que programa cada año el Estado Mayor General ruso. Pasaron los días del mes de octubre y no sucedía ningún acontecimiento a gran escala, más allá del lanzamiento de un misil Granit por parte de un submarino nuclear ruso en el mar de Barents contra un objetivo situado en la isla de Nueva Zembla. Sin embargo, las restricciones que se habían impuesto afectaban a amplios espacios del territorio ruso tanto en el norte de Europa como en el Pacífico Norte. Por fin, el 26 de octubre de 2017 se llevó a cabo la parte práctica del ejercicio anual de guerra nuclear global bajo el mando directo del Presidente Putin y que implicó a los tres compontes de la Fuerza de Disuasión Nuclear de Rusia: las Fuerzas Coheteriles Estratégicas (RVSN), las Fuerzas Submarinas Estratégicas y la Aviación de Largo Alcance (DA). Como hemos explicado en este blog en ocasiones anteriores, estos ejercicios sirven para validar los sistemas de mando y control que se diseminan desde la cúspide del Poder Político hasta los mandos operativos, esto es, los comandantes de los sistemas de misiles terrestres tanto móviles como en silos, los comandantes de los submarinos nucleares estratégicos (SSBN) o de los bombarderos estratégicos, y la operatividad de los diferentes sistemas de lanzamiento de armas nucleares estratégicas.
De este modo, a la orden de activación dada por el Estado Mayor General siguió el despliegue operativo de las fuerzas terrestres, navales y aéreas implicadas, y cuando el Presidente Putin dio la orden –“el propio comandante supremo lanzó cuatro misiles balísticos” informó el portavoz presidencial Dmitry Peskov-  se procedió al lanzamiento de un cohete Topol sobre sistema móvil (TEL) de las RVSN desde el cosmódromo de Plesetsk situado en la región de Arkhangelsk, en el norte de la Rusia europea, cuya ojiva inerte batió un objetivo situado en el polígono de Kura, en la península de Kamchatka. Con poca variación de tiempo sendos SSBN en posición de inmersión en los mares de Barents, al norte de la Rusia europea, y de Okhotsk, en el Pacífico norte más allá de la península de Kamchatka, efectuaron el lanzamiento de tres SLBM, uno por parte de un SSBN de la Flota del Norte y los otros dos por un SSBN de la Flota del Pacífico, y que alcanzaron los objetivos programados en los polígonos de Kura y Chiza, respectivamente. Bombarderos Tu-160, Tu-95MS y Tu-22M3 de la DA, que habían despegado de las bases de Engels, Ukrankia y Shaykovka, y que se encontraban en vuelo desde la orden de activación dada por el Estado Mayor General, dispararon varios misiles de crucero Kh-101 y Kh-555 contra objetivos situados en los polígonos de Kura, Pemboi (República de Komi) y Teretka (Kazakhistán). El Ministerio de Defensa precisó que “las tareas de entrenamiento se han desarrollado plenamente, todos los objetivos han sido batidos con éxito” (en el sitio web del Ministerio de Defensa). Como se ha dicho en medios especializados, se trata del mayor ejercicio de las Fuerzas Nucleares Estratégicas realizado en Rusia desde el final de la Guerra Fría por el volumen de fuerzas implicadas y el número de lanzamientos efectuados.
Hay que recordar que el reciente documento Russia Military Power, publicado con la Oficina de Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos, dedica una parte especial a analizar el proceso de decisiones que lleva aparejado el lanzamiento de las armas nucleares rusas -véase la entrada del blog "RUSSIA MILITARY POWER 2017"- .
Ya sabemos que en marzo de 2018 los Estados Unidos y Rusia deben cumplir definitivamente las limitaciones cuantitativas acordadas en el Tratado START de 10 de abril de 2010 y que una conferencia de Estados acordó en el seno de las Naciones Unidas un nuevo Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares el 7 de julio de 2017, pero las grandes potencias como miembros del sistema estratégico global están a lo que están: garantizar la estabilidad estratégica y la no proliferación.  

SOBRE EL CONCEPTO DE GUERRA IRRESTRICTA

El profesor Cristián Faundes, investigador en temas de seguridad y defensa, ha dedicado una parte sustancial de su trayectoria académica al estudio y análisis de las nuevas formas de conflicto de la posguerra fría, esa etapa de las relaciones internacionales que muchos científicos políticos denominan posmoderna, y entre ellas, sin duda, lo que ha desarrollado con mayor empeño teórico es el concepto de “guerra irrestricta”, también denominada “guerra sin límites”, y que se trata de un concepto diferente a los de “guerra híbrida” o “guerra asimétrica”, y que sin duda es asumido en la asertiva Doctrina Gerasimov que aplica Rusia.
El concepto de guerra irrestricta fue desarrollado en 1999 por Q. Liang y W. Xiangsui, dos coroneles del Ejército Popular chino, y que se publicó en Occidente en 2002 con el título de Unrestricted warfare. China´s master Plan to Destroy America (Pan American Publishing. Panamá, 2002; traducción posterior al francés como La guerre hors limites. Rivages. París, 2003). Los principios de la guerra irrestricta se basan en la ausencia de reglas, en la expansión de la guerra fuera de los campos de batalla clásicos, abarcando las cinco dimensiones del conflicto actual, el empleo de métodos coercitivos que se aplican a todos los ámbitos del potencial adversario y el uso masivo de las tecnologías de la sociedad de la información, incluidos los ciberataques masivos a los sectores económicos, financieros y empresariales, y la ciberguerra. El profesor Faundes ha dedicado a su estudio trabajos significativos como son “Sobre los principios de la guerra irrestricta” (Cuadernos de Difusión del Pensamiento de Estado Mayor núm. 30, 2009, pp. 34-45), primer acceso que tuve a los estudios teóricos que desarrollaba Faundes sobre el tema y que me ilustró en posteriores conversaciones académicas de gran calado teórico y conceptual; sus avances teóricos se plasmaron a continuación en un trabajo de mayor entidad al publicarse su tesis de magister en seguridad y defensa en 2010: Desde la guerra total a la guerra irrestricta. La deconstrucción de un concepto (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos. Santiago de Chile, 2010).
Ahora, en 2017 publica en España La deconstrucción de la guerra total y la irrupción de la guerra irrestricta. Punto de quiebre estratégico en el escenario internacional (Ministerio de Defensa. Madrid, 2017) donde condensa todo su pensamiento teórico sobre el tema. En esta obra el profesor Faundes desarrolla en profundidad el concepto de guerra irrestricta comparándolo con el de guerra total, ya establecido por Clausewitz en su obra clásica De la Guerra (1831) con la finalidad de verificar si nos hallamos ante un nuevo modelo estratégico. Tras un análisis exhaustivo que compara ambos conceptos en los primeros capítulos, el autor llega a la conclusión de que nos enfrentamos a un nuevo escenario en el pensamiento estratégico.
Referencia bibliográfica completa: FAUNDES, C.: La deconstrucción de la guerra total y la irrupción de la guerra irrestricta. Punto de quiebre estratégico en el escenario internacional. Ministerio de Defensa. Madrid, 2017.
El libro se encuentra disponible en Publicaciones de Defensa del Ministerio de Defensa de España.